Coaching, Espiritualidad

Apegos a la pareja o falta de libertad

Cuando mueren los apegos, nace la libertad emocional

Hoy te dejo en libertad. Hoy me olvido de mis miedos. Hoy comienzo a valorarme. Hoy salgo adelante. Hoy te dejo de esperar.

Solemos hacernos conscientes de la esclavitud emocional a la que estamos sometidos cuando nuestro corazón se resquebraja. Esto sucede cuando una relación nos duele, bien porque nos esclaviza o bien porque algo dentro de nosotros se ha roto al tener que decir adiós.

Ante estas situaciones, sentimos que el mundo se apaga y que una ola de dolor inmenso se cierne sobre nosotros impidiéndonos respirar. Pero, a veces, llega el momento de dejar en libertad lo que nosotros atábamos y lo que nos ata a nosotros y comenzar una nueva vida, porque la esclavitud emocional ahoga. Y es en ese momento en el que no nos vemos capaces de hacer nada sin ir de la mano de esa persona o, simplemente, de alguien que esté ahí para nosotros.

Disfrutar de la soledad de uno mismo para ser feliz en pareja

“Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida”.

Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor verdadero. Ese amor que es y deja ser. Quien se entrega totalmente se siente libre y ama al máximo. Y al revés también: quien ama al máximo, se siente libre. Si conocimos a nuestra pareja de una manera, y la queremos cambiar en algo, no estamos dejando que sea, y desafortunadamente si lo hacemos, nos encontraremos con una persona diferente a la que conocimos, que no tiene esa combinación de atributos que nos llamaban tanto la atención para enamorarnos. Alguno diría: si eso pasa perdería a mi pareja, pero nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie

La mejor manera de ser feliz con alguien es aprendiendo a ser feliz estando solo. ¿Por qué? Porque de esa manera la compañía se convierte en elección y no en necesidad. Entendemos el amor de forma errónea porque la clave no es el “te necesito en mi vida” sino el “te prefiero en mi vida”. No atender a los sentimientos y necesidades de posesión nos ayudará a vivir en paz y libertad con nosotros mismos.

Tu verdadera libertad llega cuando empiezas a comprender quién eres y de lo que eres capaz. Es tu independencia, la que obtienes cuando te desapegas, te deshaces de tus ataduras y miras hacia adelante sin necesitar a alguien que te lleve de la mano.

No poseer y que no te posean es la mejor experiencia de libertad que podemos tener. Porque sentir algo como propio siempre significa, de alguna forma, vivir al lado de la esclavitud.

Nuestra dependencia es la que nos hace esclavos, sobre todo si es nuestra autoestima la que depende de algo o de alguien. El necesitar el cariño o la atención de alguien hace que dejemos de ser dueños de nuestro destino. No son los demás los que nos dañan, sino que somos nosotros los que damos validez a sus opiniones y a sus acciones. Nadie puede hacerte daño sin el consentimiento de ti mismo. Son las EXPECTATIVAS las que nos apegan. Así que la auto-confianza y la autoestima cuidadas son las mejores herramientas para decir adiós a los apegos insanos e innecesarios que merman nuestra vitalidad y nuestras ganas de realizarnos.

Lograr la relación de nuestros sueños es un objetivo muy grande en nuestra vida, mantenerla aún mayor.

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