Todos los días trabajamos por un objetivo. Ese objetivo que nos hace feliz y que nos tiene enganchados para seguirlo buscando todos los días. ¿De qué hablo ? Tal vez de una promoción de puesto de trabajo, de mantener la llama del amor vivo en una relación, de ahorrar todos los meses para el pago de un departamento, etc.
No hay algo más loable que trabajar todos los días para llegar y cumplir nuestros sueños.
Pero, existen milagros en la vida que no dependen de nosotros. Esta vez me estoy refiriendo a ese día que no tenía ganas de salir y los amigos están insiste e insiste que vayan todos juntos a una fiesta. Y yo, todavía molesto de un mal resultado en una materia en la universidad, pero aun así decidí acompañar y estar junto con ellos en la fiesta pensando que la convivencia con ellos me podría ayudar a pasar un mejor rato. Llegamos juntos a la casa donde se llevaría a cabo la fiesta, en la entrada había una persona de seguridad revisando los nombres de los invitados. Entramos y nos dirigimos a buscar una cuba para tomar.
Al lado de la barra, ahí estaba con otras 2 amigas, la niña más bonita del mundo. Y conocernos, tener una relación de 1 dia, 1 mes, 1 año o una vida hace a ese momento terriblemente especial.
Y mi reflexión de ese momento es:
– cosechamos lo que sembramos.
– la vida no te da lo que quieres, te da lo que eres.
La coincidencia de encontrar y conocer a alguien el día que menos lo estás buscando es uno de esos milagros en la vida que no depende de que tú estés buscando en todas las fiestas de la ciudad, a ver en dónde encontrar esa persona que cambia y cambiará tu vida. Solo depende del gran milagro que es esta vida para que suceda todo aquello que tiene que suceder para sentirnos bien, motivados y felices.
Solo fluye y confía, todo lo que tiene que suceder, sucederá y sucederá en el momento que tiene que suceder.
SoulCoaching