“Si alguien dice: «Eres una bella persona», empiezas a sentir que eres bello; si nadie lo dice, te resultará difícil sentir que eres bello; empezarás a sospechar, a dudar. Si dices continuamente, incluso a una persona fea: «Eres hermosa», la fealdad se irá de su mente, empezará a sentir que es hermosa. Porque la mente depende de la opinión de los demás, acumula opiniones, depende de ellas.
El ego depende de lo que la gente dice de ti: el ego se siente bien si la gente se siente bien contigo; si se sienten mal, el ego se siente mal. Si no te prestan ninguna atención, se retiran los apoyos; si mucha gente te presta atención, alimentan tu ego…
La atención es comida para el ego; sólo una persona que ha alcanzado el SER abandona esa necesidad. Cuando tienes “tu” centro, el tuyo propio, no necesitas la atención de los demás. Entonces puedes vivir solo. Incluso en la multitud estarás solo; incluso en el mundo estarás solo; te moverás en la multitud, pero solo.”